El postre, los dulces de la merienda, los bombones, las tartas de cumpleaños, siempre los vamos a relacionar con momentos felices, golosos, divertidos y, en esencia, momentos buenos, a veces, inolvidables.
Pero hay un dulce en concreto que nosotros, los españoles, vamos a identificar con la ilusión, la emoción de la espera y la felicidad intrínseca infantil y ese es, sin lugar a dudas, el Roscón de Reyes.
Hay quien llegando diciembre comienza ya a merendar los domingos su porción de Roscón de Reyes y va probando las creaciones de distintas confiterías y lineales de supermercados en su localidad o incluso en aquellos lugares que visita, llegando a desplazarse kilómetros por el roscón más delicioso a su paladar, tal es la pasión que este dulce navideño despierta.
Podríamos decir que es por su esponjosidad o el dulzor de su masa, la fruta escarchada, el azúcar perlado que lo decora en combinación con el puntito ácido de la nata que lo suele rellenar.
Esas son sólo algunas de las sensaciones gustativas que provoca el rosco de reyes en nuestro paladar, pero ¿qué imágenes y recuerdos nos evoca comerlo? Tal vez la emoción desbordante de la mano de nuestros padres sosteniéndonos para ir a recoger caramelos al paso de la cabalgata por las calles de nuestro barrio o los nervios mal disimulados al meternos esa noche en la cama con la ilusión de despertar el seis de enero y descubrir la magia de los Reyes a los pies de nuestro árbol de Navidad o el portal de Belén. Y esa mañana desayunar roscón mientras desenvolvemos regalos y montamos juguetes, toda la familia junta.
Eso, al menos es lo que siento yo y me fascina ver cómo un pequeño trozo tiene tantos matices y ese fuerte poder evocador.
Y esto mismo llevó al equipo creativo de Brandao a preguntarse qué sucedía cuando las restricciones alimentarias como la celiaquía, la intolerancia al gluten, la alergia al trigo, a la proteína de la leche, al huevo o a los frutos secos o somos intolerantes a componentes habituales en los dulces como la lactosa.
En esos casos, el roscón convencional que encontramos en la confitería tradicional o en los lineales de las grandes superficies ya no está al alcance de aquellas personas que no pueden ingerir dichos alimentos. Y qué hacen, ¿miran mientras sus familiares disfrutan su roscón? ¿Se conforman con alguna alternativa con poco sabor?
Roscón de Reyes sin gluten, sin lactosa, sin proteína de la leche de vaca, sin huevo (apto para veganos) sin frutos secos, sin sésamo, sin altramuz y sin trazas de estos componentes,
Por eso, desde nuestra primera Navidad, en Brandao nos aplicamos para llevarte a casa ese trocito de ilusión para ti, para tus hijos, para las personas a las que quieres. Porque un día como el de Reyes la comida tiene que obrar más que nunca su poder de unión y no lo contrario.
Y así creamos nuestra propuesta: un delicioso brioche que aromatizamos con una mezcla de especias navideñas y rellenamos con nata o trufa, siempre vegetal, y decoramos con rodajas de naranja confitadas, azúcar perlado y almendras que tostamos a mano nosotros. Claro está la opción sin frutos secos no lleva las almendras.